jueves, 11 de febrero de 2010

Discurso Político: La Esperanza


La palabra futuro esta trillada.  El futuro no lo vemos.  No lo creemos.  No lo sentimos. No lo tocamos.  El futuro es tan incierto, que mejor lo inventamos hoy.

Aquí y ahora, es lo único que nos queda.  Hoy es el día de revivir para vivir la esperanza.  Hoy, cuando estamos presentes, 36 años después de un terremoto catastrófico, donde nos unimos y reconstruimos con esperanza, una nueva Guatemala.  Hoy, nos congregamos los guatemaltecos que, ante repetidos golpes de Estado, nunca abandonamos la esperanza y la promesa de la democracia.  Hoy, estamos aquí los guatemaltecos y  nuestras familias que en territorios lejanos y ajenos mantienen la esperanza de regresar a su amada y querida tierra.

Hoy, ese terremoto lo hacemos nosotros. Derribando los cimientos y las estructuras obsoletas que nos impiden llevar educación, salud y dignidad a todos y todas sin diferencia alguna.  Hoy, esa nueva Guatemala la construimos con nuestras propias manos, almas, mentes y corazones, porque no se puede doblegar el espíritu guatemalteco de fe inquebrantable.

Hoy, ese golpe se lo damos al Estado de ingobernabilidad, al Estado de apatía, y al Estado de violencia en el que vivimos a diario; y restablecemos juntos, en los cuatro puntos cardinales el bienestar, la justicia y la democracia.  Pero no una democracia de unos pocos, sino una democracia de todos, donde la esperanza se entreteje de maya, de ladino, de protestante, de católico, de xinca, de niño, de adulto, de hombres y de mujeres únicos e irrepetibles.

Hoy nos quedamos, hoy regresamos, hoy transformamos. Hoy subidos en el ave indiana de la esperanza, no nos dejamos  morir.  Digan todos conmigo: ¡GUATEMALA TU NOMBRE INMORTAL!

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